miércoles, 4 de mayo de 2011

Tiqqun: ¿Cómo hacer? Extractos I...


(...) Veinte años. El pasado no pasa. Porque la guerra continúa. Se ramifica. Se prolonga. En una articulación mundial de dispositivos locales. En un calibrado inédito de las subjetividades. En una nueva paz de superficie. Una paz armada bien hecha para cubrir el desarrollo de una imperceptible guerra civil.

Hace veinte años, era el punk, el movimiento del 77, el área de la Autonomía, los Indios metropolitanos y la guerrilla difusa. De un golpe surgía, como salido de alguna región subterránea de la civilización, todo un contra-mundo de subjetividades que ya no querían consumir, que ya no querían producir, que ya no querían ni siquiera ser subjetividades. La revolución era molecular, la contra-revolución no lo fue menos.
SE dispuso ofensivamente, después duraderamente, toda una compleja máquina para neutralizar lo que era portador de intensidad. Una máquina para desactivar todo lo que podría explotar. Todos los (in)dividuos de riesgo, los cuerpos indóciles, las agregaciones humanas autónomas. Luego fueron veinte años de estupidez, de vulgaridad, de aislamiento y de desolación. ¿Cómo hacer? (...)

Hemos visto, hemos comprendido. Los métodos y los objetivos. El destino que SE nos reserva. El que SE nos niega. El estado de excepción. Las leyes que ponen a la policía, a la administración, a la magistratura por encima de las leyes. La judicialización, la psiquiatrización, la medicalización de todo lo que se sale del cuadro. De todo lo que huye. Hemos visto. Hemos comprendido. Los métodos y los objetivos. (...)

La necesidad de espacios de noche, donde podamos reencontrarnos más allá de nuestros predicados. Más allá de la tiranía del reconocimiento. Que impone el re/conocimiento como distancia final entre los cuerpos. Como ineluctable separación. (...) Por el recuerdo constante de lo que soy, de mis cualidades, SE querría abstraerme de cada situación. SE me querría exigir en toda circunstancia una fidelidad a mí mismo que es una fidelidad a mis predicados. SE espera de mí que me comporte como hombre, empleado, parado, madre, militante o filósofo. SE quiere contener entre los bordes de una identidad el curso imprevisible de mis devenires. SE me quiere convertir a la religión de una coherencia que SE ha escogido para mí. (...)

Necesito devenir anónima. Para estar presente. Cuanto más anónima soy, más estoy presente. Necesito zonas de indistinción para acceder a lo Común. Para no reconocerme ya en mi nombre. Para no escuchar en mi nombre sino la voz que lo llama. Para hacer consistir el cómo de los seres, no lo que son, sino cómo son lo que son. Su forma-de-vida. Necesito zonas de opacidad en donde los atributos, incluso criminales, incluso geniales, ya no se separen de los cuerpos. (...)

¿CÓMO HACER? No ¿Qué hacer?
¿Cómo hacer? La cuestión de los medios. No la de los fines, la de los objetivos, de lo que hay qué hacer, estratégicamente, en abstracto. La cuestión de lo que podemos hacer, tácticamente, en situación, y de la adquisición de esta potencia.

¿Cómo hacer? ¿Cómo desertar? ¿Cómo funciona? (...) ¿Cómo permanecer en guerra sin perder la ternura? La cuestión es técnica. No un problema. Los problemas son rentables. Alimentan a los expertos. Una cuestión. (...)

¿Cómo hacer? es la cuestión de los niños perdidos. Aquéllos a los que no se ha dicho. Los que no son seguros en sus gestos. A los que nada ha sido dado. Cuya criaturalidad, cuya errancia, no deja de traicionarles.